Se recomienda previamente a la instauración del tratamiento, realizar una revisión del historial familiar y el médico del paciente y, durante éste, realizar controles periódicos. El sitio de aplicación de este medicamento puede transferir la medicación a otros sitios por contacto directo, por ello se recomienda evitar el contacto directo de estos sitios de aplicación con otras personas cubriéndolo adecuadamente. En caso de que el contacto se produzca, esta zona de la piel debe ser lavada inmediatamente con agua y jabón. De presentarse ictericia, colestasia hepática o pruebas de función hepática alterada durante el tratamiento, debe determinarse el origen de la alteración, y en alteración durante el tratamiento, debe determinarse el origen de la alteración, y en caso necesario, discontinuar la administración del medicamento. Debe administrarse con precaución y bajo indicación y estricta supervisón médica, en pacientes con alteraciones de la función hepática, renal y/o cardíaca, preexistente, puede presentarse edema con o sin insuficiencia cardíaca congestiva, complicaciones que pueden llegar a ser serias en estos sujetos. A la discontinuación de la terapia se puede agregar un diurético. La utilización de andrógenos en pacientes diabéticos debe ser supervisada estrechamente. Pacientes de edad avanzada deben ser advertidos de los efectos adversos, ya que pueden ser más sensibles a presentarlos. Mujeres embarazadas o que amamanten deben evitar el contacto directo con los sitios de aplicación en el hombre, ya que la testosterona puede ser absorbida y causar daño al feto. Actiser® T no debe ser aplicado en las zonas de los genitales (escroto). El uso prolongado de altas dosis de 17- a -alquil andrógenos (por ej.: metiltestosterona) ha sido asociado a serios efectos adversos de tipo hepático. La terapia a largo plazo con testosterona enantato, el cual produce elevaciones de los niveles plasmáticos en forma prolongadas, ha provocando adenomas hepáticos. No se conoce que este producto produce estos efectos. Puede aumenta el riesgo de presentarse hiperplasia prostática o cáncer de próstata en pacientes geriátricos tratados con andrógenos. Se debe evaluar minuciosamente la presencia de cáncer de próstata antes de iniciar la terapia. El tratamiento con ésteres de testosterona puede potenciar la apnea del sueño en algunos pacientes, especialmente en aquellos con factores de riesgo (obesidad, enfermedad pulmonar crónica).